"Mi mayor frustración es no ser un sociópata. Creo que no soy el único. Son las figuras dominantes de la televisión y casi no hay género televisivo que esté a salvo de su presencia. Las series de animación han sentido la fascinación por los padres sociópatas (con grados distintos de cordura) desde el mismo día en que los creadores de Los Simpson se percataron de que Homer era un protagonista más interesante que Bart. En una demostración de que los dibujos para el público infantil también...