Déjalo ser, déjalo ir. La vida es muy corta para decir que somos dueños de algo. La realidad terminará mostrando que nada podemos poseer, pero todo lo podemos recibir. Aferrarnos a las cosas materiales, las personas o incluso lo espiritual, es olvidar para qué hemos sido creados. Si un pájaro no vuela y solo quiere caminar en las cosas de la tierra, podrá hacerlo, pero vivirá una vida sin su satisfacción más profunda. Se enredará con cosas, situaciones o personas ordenándolas hacia la tierra...