En «el corazón del mundo», en lo más profundo de alguna serranía colombiana, indígenas y blancos conviven entre cafetales, pasiones prohibidas, secretos inconfesables, y también, entre amores puros como el espíritu de la sierra y las aguas que bajan de sus blancas montañas.Allí los indígenas jaguaríes y sus «hermanos menores», los blancos, se disputan los favores de la naturaleza con visiones antagónicas del mundo, y así, mientras la mayoría cree que está sucediendo una cosa y se quedan mirando...