"Inventé la libertad al anochecer de la Epifanía. Viajaba en el circuito camionero Justo Sierra y parque de Armas, escoltado por el desfile anual del Día de Reyes. La jauría de niños, los regalos, las bocinas, el estruendo, la dejaron frente a mí, en el asiento de minusválidos del autobús. De inmediato clavé mi mirada en ella. Quedé deslumbrado por ese rostro. Desconozco qué me atraía más en él: la nariz diminuta o los labios abultados". Este párrafo inicial del cuento «Confesionario»,...