Marcos Roszenvaig construye una ficción alucinada sobre el período en el que Adolf Eichmann, el jerarca nazi, trabajó y vivió en Tucumán. En 1950, recién llegado a la Argentina luego de haber huido de un centro de detención en Europa, Adolf Eichmann –uno de los máximos responsables de la «solución final»– se traslada a Tucumán. Viaja contratado por una empresa alemana para desempeñarse como hidrólogo en la construcción de una futura represa que nunca llegó a concluirse. Su nuevo nombre es...