Analía Kalinec nació en dictadura, en el marco de una familia «normal» de clase media, con una mamá ama de casa y un papá policía. Segunda hija de cuatro hermanas mujeres, creció en años de impunidad ignorando la condición de genocida de su padre. Durante su niñez, adolescencia y temprana adultez mantuvo un vínculo de mutuo afecto y admiración por su padre. Le llevó 25 años saber que aquel que la mimaba en su infancia era también el Dr. K, responsable de secuestros, torturas, asesinatos y otros...