La medicina, el antiguo y noble arte de curar, cuyos poderes la ciencia moderna parece haber ampliado más allá de todo límite, se ha convertido en el siglo XXI en un enorme negocio con incalculables márgenes de beneficio, en el que los riesgos corren a cuenta, casi por entero, de quienes necesitan su atención: los pacientes. En el contexto cultural y socioeconómico en el que vivimos, determinado por la alianza del capitalismo con la técnica, quien va al médico encuentra no solo a un profesional,...