En un mundo que hoy exige que sus habitantes se muevan entre la competitividad, la vanidad, el egoísmo; en el que se premia y envidia la sagacidad, la habilidad para pisotear al otro sin medida; en el que reina la confusión y se diluyen las certezas, resulta interesante, por decir lo menos, encontrar instituciones que apuestan por la humanización, la solidificación de valores como la fraternidad, el servicio, la fe. Esta postura política, por formar integralmente, hace de las universidades...