Con la irrupción de la covid-19, «por primera vez en nuestra historia moderna (y todo hace pensar que no será la última), el cuerpo ha sido tomado universalmente como potencial agente patógeno». Hemos aprendido a relacionarnos solo a través de pantallas, evitando y eludiendo los cuerpos, que se han convertido casi en un estorbo para desarrollar nuestras vidas. De hecho, «sabemos que si no fuera por internet, el confinamiento, sencillamente, no habría sido posible.»Frente a esta progresiva...