Un nuevo libro en manos del público es muy significativo para una sociedad, pero un libro calificado como de «gran tamaño» y que a la vez haga referencia a una actividad que, como los frutales para Colombia, puede constituirse al lado del café, las flores y el banano en referente obligado de nuestra identidad ante el mundo en los próximos 20 años, tiene una altísima dosis de motivación, no solo desde el punto de vista de los estudiosos de la fruticultura -especialistas y neófitos- sino,...