Francisco de Miranda sigue siendo un personaje enigmático y, tal vez por eso mismo, uno de los más hechizantes de la historiografía nacional. Gran parte de las elucubraciones y fantasías que se han tejido a sus expensas se deben al propio Generalísimo, quien no escatimó en exagerar aspectos de su vida y quiso que sus aventuras mundanas, sus relaciones con grandes personalidades de la época, la pertinencia de sus ideas políticas y hasta sus actos triviales lucieran abultados y con más oropel del...