Publicada por primera vez en 1983, esta obra fundamental delineó nuevos paradigmas para el estudio del arte y permitió pensar la contingencia de algunos de sus conceptos. Alpers demuestra aquí que las prácticas artísticas del Renacimiento italiano no pueden aplicarse de forma universal: los artistas holandeses, comprometidos con un «arte de describir», organizaron formas de representación basadas en la percepción visual, que no ocultan un significado discursivo y simbólico bajo su superficie...