Con nostalgia y entusiasmo, sus familiares recuerdan a José Nicolás Goles Radnic (1917 – 1993) como un hombre brillante. Brillante cuando tocaba el piano o jugaba ajedrez; cuando pintaba o dirigía un coro; cuando componía y relacionaba las matemáticas con sus obras musicales. Con oído musical absoluto desde los cinco años, todo lo quería hacer bien. Para Goles, como siempre lo llamaron sus seres queridos, la música era una broma. Y lo refleja fielmente su creación más popular y difundida: «El...