Las cabezas cortadas, la mutilación del cadáver del enemigo y la captura de trofeos macabros no es un fenómeno que, por desgracia, podamos acotar en el tiempo, arrojándolo a momentos pretéritos y más oscuros que nuestro siglo XXI. Al contrario, se trata de un comportamiento, a menudo ritual, que aparece casi ubicuo a lo largo de la Historia, y en sociedades muy diversas, desde la antigua Asiria al actual Irak, desde esos celtas que guardaban con mimo cráneos embalsamados a las calaveras...