¿Qué se sabe de la cartilla de lectura de primero de primaria conservada en un cajón cualquiera? ¿Para qué sirve ahora? ¿Se sabría algo más de esta al abrirla, releerla y revisarla? Balbucearemos, si podemos, sobre algún momento anclado al recuerdo. Parece que, para los grandes asuntos de la memoria, los mejores contenedores fuesen las cosas insignificantes –cositas, cosuchas, cosiámpiros- despojadas de cualquier valor útil que, inesperadamente, se nos revelan como objetos: umbrales de tiempo....