Toda la vida cristiana gira en torno al encuentro con una persona: Jesucristo. Y es a la luz de ese encuentro personalísimo como llegamos a conocernos a nosotros mismos, y a darle a nuestra vida un sentido pleno. El encuentro de Jesús con los dos discípulos de Emaús en la tarde de la resurrección nos brinda un modelo magnífico. El autor desmenuza el pasaje evangélico, ayudando al lector a seguir los pasos de esos dos discípulos: como les sucedió a ellos, también en nuestro caso la tristeza...