Este libro habla de una época en que las calles de Buenos Aires estaban salpicadas de niños. Nos ubica de entrada en un escenario que no es el repertorio nostálgico del barrio perdido sino la vitalidad desbordante de una ciudad-experimento, aquella que cruzó el siglo XIX al XX a ritmo volcánico, donde esa infancia plebeya escapaba a los marcos previstos. Los testigos ofrecen las visiones más pesimistas: he aquí el precio que se ha cobrado el progreso. Y dicen también: hay que hacer algo al...