"Recuerdo una ocasión en la que le pregunté a Yves Chevallard cuáles eran las cualidades necesarias para ser un buen investigador. 'Destacaría tres', me dijo, 'la inteligencia, la tenacidad y la valentía'. Y añadió para mi sorpresa: 'Sobre todo la valentía'. Con el tiempo descubrí que esta valentía consistía precisamente en atreverse a pensar más allá de la reconfortante visión que nos ofrecen las perspectivas más establecidas, como nos invita a hacer el libro...