La tradición nos presenta el reinado de Carlos II como una época marcada por los desastres, con la España del último Austria en plena crisis, sumida en la decadencia e incapaz de defender sus posesiones contra las agresiones de sus enemigos. Sin medios, con unas fuerzas armadas ridículas, mandadas por generales incompetentes, coléricos y vanidosos, el poderoso imperio se había reducido a poco más que un pobre cuerpo carcomido, enfermo, que esperaba su sombrío final. Ante este cuadro nos...