Julito tiene un curioso y divertido (pero también hediondo) primer acercamiento al arte. Todo empieza con la muerte de un singular pariente y la llegada de una extraña invitada…
Ser niño no es fácil, lo dice Julito, pero a veces la tarea de ser adulto puede ser peor. Al perder su trabajo de crítico gastronómico, Julio papá debe buscarse la vida y reinventar su existencia.
Otakus, punks, new waves, hippies, metaleros… ¡Está plagado de tribus urbanas! Y parece que todos los que rodean a Julito Cabello han formado parte de una de ellas, menos él, que no entiende por qué algunos prefieren usar el pelo de colores, comer ciertos alimentos o vestir solo algunos tipos de ropa. En esta nueva historia, Julito no tendrá más opción que aprender de los que son diferentes. Solo así descubrirá a cuál tribu pertenece. ¿Será hipster o vegano? ¿Wookie o trekkie?
Julito ya no sabe qué hacer. Todos en su colegio y en su casa parecen estar condenados a ser zombis… y no zombis comunes y corrientes, como en las películas, sino que ¡zombis enamorados!
María es inquieta y rebelde. Su sicóloga recomienda que tome clases de artes marciales para que aprenda a ser flexible, pero sus padres temen que se convierta en un arma de destrucción masiva.
¿Se acuerdan de María la Dura?… Sí, esa niña algo mañosa que no quería ser ninja. Bueno, ahora esta mini heroína tiene un nuevo problema, grande y peludo. Muy chascón. Lleno de pelos… Como ella misma. Pobrecita (ja).