Los agentes de pastoral –en sentido lato, todos los cristianos- laicos, clérigos o religiosos, se vienen encontrando en forma creciente, tras la situación de libertad religiosa, ante personas agnósticas, ateas o indiferentes. Estos encuentros los pueden experimentar tanto en las diversas áreas de la vida civil, como en los ámbitos eclesiales. En el primer caso me refiero a las áreas de la vida familiar, el trabajo profesional, las actividades ciudadanas culturales o políticas, las experiencias...