¿Por qué confiamos en algunas marcas? ¿Cómo nos vinculamos con ellas? ¿Nos enamoramos de las marcas? ¿Por qué las emociones se han convertido progresivamente en un «driver» de acceso a una marca y su consumo? ¿Estamos en presencia de un mercado «emocional» que demanda «marcas humanas»? ¿Podríamos afirmar que la relación entre marcas y audiencias sería equiparable a las relaciones entre personas? Las respuestas a estas preguntas –y algunas otras más– son la base que sostiene la teoría Oxitobrands...