Transitamos por tiempos inciertos: a la par que sufrimos diversos desastres naturales asistimos a un ominoso medrar del estado de vigilancia, a un creciente malestar psíquico difícil de precisar, a una pérdida progresiva de sabiduría y saber-vivir, a una maquinización de lo humano que amenaza con hacerse absoluta, y a un ambiente mediático caracterizado por la manipulación y la sobresaturación de información. Es este un tiempo que clama por un diagnóstico y por un camino hacia adelante. Por ello...