Desde los inicios de la Renovación Carismática Católica, en 1967, muchos de aquellos que siendo llenos de la unción del Espíritu Santo, y que experimentaron la actualidad de sus manifestaciones, de sus dones y sus carismas – tal como lo fue en las primeras comunidades cristianas – movidos por Dios a dar una respuesta firme y estable al llamado que les fuera realizando, y siempre como fruto de un carisma que surge para servicio de la Iglesia, dieron vida a comunidades que asumían...