La democracia parece estar atravesando por una espesa neblina. El sistema político más prestigioso desde el fin de la Segunda Guerra Mundial -reforzado aún más después de la caída del muro de Berlín- ha pasado a ser cuestionado por unos y otros. Hay quienes la rechazan abiertamente como sistema de gobierno, o piensan que sus resultados son pobres, que está aplastada por los poderes económicos, que las élites políticas no representan a la ciudadanía y se han convertido en una casta endógena que...