¿Quién no quiso ser otro alguna vez? Alfredo buscaba saltar más alto, ser más fuerte… Pero cuando lo lograba, dejaba de ser él mismo y se sentía triste. ¿Cómo recuperaría la alegría? A veces, la respuesta está más cerca de lo que pensamos, y todo lo que necesitamos es un abrazo. Un cuento mágico de la genial Alicia Salvi, bellamente ilustrado por Raquel Cané.