Así pues, metamos la cabeza en lo oscuro, saltemos al vacío de la mano de David Yeste. Esto es un solo de amor, sí, una formidable balada de blues. Sí, el discurso se establece de tú a tú, como ocurre en los blues buenos, con un cuarto y mitad de melancolía, otro medio de tristeza y un puñado de confianza, de persuasión, de fe. Cuarenta y nueve poemas tiene El inventor de etimologías, ordenados alfabéticamente por sus títulos, desde «agrimensor» a «vereda» como si quisiera encerrar todo el...