El poemario consiguió un accésit del Premio Adonáis 2019 «por el sostenido tono hímnico en diálogo con la naturaleza, al servicio de una visión trascendente del mundo», según manifestó el jurado. Así, trascendencia y naturaleza serían inicialmente dos de los principios en las que se sustenta este poemario, a los que habría que sumar, sin lugar a dudas, otro tercero, germen de la experiencia poética: el afán de la belleza capaz de superar lo meramente superficial o lo que se puede captar nada más...