Hubo una vez en una casa un Gato tan activo y vigilante que no dejaba tranquilos a los ratones. Se dieron cuenta que no lo oían llegar debido al poco ruido que hacía y decidieron poner solución a ese silencio.
Había una vez un cuervo que se robó un queso y se subió a los altos de un árbol para comérselo. Pero un zorro pasaba por el lugar, vio al cuervo que tenía un gran pedazo de queso y vio la forma de quitárselo.