Existen dos posibles finales para el ciclo tecnológico que concluiremos en algún punto del siglo XXI: muerte o mutación. ¿Hacia cuál de los dos nos dirigiremos? ¿Dedicaremos nuestro poder creativo a la instauración del Nuevo Orden Mundial de la élite (un insostenible y destructivo paradigma basado en el control) o la dedicaremos a la libre búsqueda del bien común, con una tecnología sostenible, respetuosa con todo y con todos? ¿Seguiremos nadando a contracorriente en el río de la evolución...