Tras varios años como profesor de diferentes asignaturas en una universidad católica, el autor se pregunta: ¿qué ofrece de diferente una formación católica sobre los contenidos que él imparte de otra que no lo sea? Esa diferencia ¿aporta algún valor o lo reduce? ¿Existe un modo propiamente católico de abordar cualquier saber? Y si ese modo es posible, ¿sería extrapolable a otros contenidos de aprendizaje, ya sea una asignatura escolar o la educación de los hijos? En definitiva, ¿qué tiene de...