A menudo, nos encontramos diciéndonos a nosotros mismos que estamos muy ocupados para perseguir nuestros sueños, que no tenemos tiempo, que la economía está mala y que no es práctico hacerlo. Pero ¿qué sucedería si la verdadera razón que nos lo impide fuera que tenemos miedo? Miedo a que no seamos suficientemente buenos, ni inteligentes, ni talentosos, ni capaces de lograrlo. Miedo a que se rían de nosotros, a salir lastimados, a ser rechazados o a que desarrollar nuestro verdadero potencial...