Esta es una historia que abarca doscientos años de una familia, hasta llegar a la actualidad. Soy consciente de que cuando se escribe sobre personas reales, se debe tener cuidado, y no relatar situaciones que los puedan perjudicar. Esta es la gran diferencia entre escribir sobre personajes ficticios o reales. A los ficticios nada de lo que escribimos les puede molestar. Por eso conviene contar sobre personajes reales como si fueran inventados, mezclando generaciones, cambiando nombres, y...