Las sociedades modernas confían en la educación para suprimir las desigualdades, pero ¿es fundada esta confianza? ¿El ascenso se da a pesar de la clase social de origen, del género y en función de las escuelas en las que se estudia? Esta obra responde estas interrogantes gracias al análisis de dos espacios que contribuyen a reproducir la desigualdad: el de la escuela y el del trabajo.