Cuando se analiza la historia de las ideas, todo sucede como si, desde la invención de la imprenta, la oralidad hubiera perdido parte de su valor. A la vez que el saber se pone bajo el signo fundamental y hasta exclusivo del escrito, los actos de habla desaparecen de la escena. Cursos, conferencias, seminarios, congresos, discusiones en los laboratorios –es decir un sector considerable de la actividad intelectual–, no se disciernen en su dimensión oral. Al describir las prácticas y las formas...