La mayoría de las organizaciones e individuos trabaja bajo el concepto de metas y planes anuales; es decir, en ciclos de ejecución de 12 meses. En cambio, El año de 12 semanas te propone evitar las trampas y la baja productividad que genera el tipo de pensamiento anualizado. Esta propuesta redefine tu «año» para que pienses en términos de 12 semanas de ejecución durante las cuales no tendrás tiempo suficiente como para posponer tus metas y, por el contrario, tu urgencia por cumplirlas aumentará...