Cuando los argentinos nos interrogamos sobre cuáles serían los motivos de nuestra ya prolongada declinación como país, encontramos explicaciones basadas en políticas educativas desactualizadas o mal aplicadas, adopción de teorías económicas contrarias a nuestros intereses o aplicadas con falta de idoneidad, influencias culturales ajenas a nuestras raíces, u otros innumerables orígenes. Seguramente habrá fundamentos valederos para sostener lo reprochado en cada una de estas áreas. Muy pocos...